Partiendo de una de las tesis principales de
Tordera, de que todo en el teatro es texto y representación, y aduciendo que en
el texto espectacular siempre va ver un texto de fondo que le sustente, ya sea
el cuaderno de dirección o el texto dramático. Este texto aparte de representar
algo ya en si mismo es necesario que se vuelva a representar de manera escénica
y espectacular a través del performance que es el acto mismo de la representación
en su devenir más puro, que es supuesto como sucediendo en su complejidad fenomenológica
simultáneamente en un presente, ese algo a lo que se le llama acto en vivo. En
la modernidad suelen grabarse estos actos que suceden en vivo, así, cambiando
de formato tienden estas grabaciones a ser consideradas a su vez como textos. Por
lo tanto este dialogo entre texto y representación se vuelve un incesante
movimiento dialógico.
En ¨El burlador de Tirso¨ encontramos un fenomeno
de metateatralidad muy sugerente a esta cuestión del texto y la representación
que se sugiere en la teoría teatral de Tordera, en este caso particular nos
encontramos con que no ay solo un texto dramático base para la representación,
sino que tenemos dos textos base a representar, el de ¨El burlador de sevilla¨
de Tirso de Molina y otro texto de teoría literaria basado en una idea teatral muy en boga de Bernard Shaw que suponese ser el marco
de representabilidad que pretenden alcanzar los acatantes para montar la obra en cuestión. Estos textos son montados en un texto dramático metateatral como iguales y diferentes
pero que logran un producto tercero ya muy diferente a los dos. Este proceso
creativo necesario para montar una obra basada en algo clásico con nuevos
matices de interpretación y producción de significado proporciona ya no una
sola mirada de los objetos, sino que los objetos pueden ser vistos desde
diferentes dimensiones, una que se supone real, otra que se supone ficticia, y
por ultimo otra que se supone creativa. Todo esto en cuestión le da un nuevo
fundamento a los textos y crea un texto nuevo y diferente.
Ese movimiento dialógico trasciende tiempos, espacios y formatos. Recuerdo el tiempo en que intenté cambiar toda la música de mis cassettes a mp3. Un verdadero desastre, supongo porque me falto creatividad en el acto.
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